Capítulo 2355
Capítulo 2355
Cambio de caparazón
Mientras tanto, en la Secta del Cielo Ardiente, Yona seguía en secreto la reunión entre las nueve sectas del reino oculto.
Le complacía saber que las nueve sectas se encontraban en una situación límite y que el conflicto podía estallar en cualquier momento.
El caos que sobrevendría proporcionaría a la Secta del Cielo Ardiente la oportunidad de resurgir en el mundo sin nadie que los detuviera.
De hecho, podrían dominar todo el reino oculto después.
En medio del regocijo de Yona, regresó el herido Delgado. El aura de este último ya no era la de un Dios de las Artes Marciales de Noveno Nivel Superior.
El hecho de que su fuerza dependiera de la absorción de los poderes de otros lo hacía inestable. Después de ser herido, el caos en su aura provocó una caída en su nivel de cultivo, dejándolo en la etapa inicial del Noveno Nivel.
—¿Qué ha pasado, Delgado? —preguntó Yona con el ceño fruncido al ver a Delgado.
—Señor Gracia, he encontrado las ruinas del Palacio de Narciso y el Fruto de Conexión Espiritual. Es que un joven había llegado a todos los frutos antes que yo —informó Delgado en tono pesaroso.
—¿Qué? —Yona se quedó de piedra—. Eres un Dios de las Artes Marciales de Noveno Nivel que succiona el poder de los demás con tu Cultivo Demoníaco. Sin embargo, ¿no eres rival para este hombre? Dentro de todo el reino oculto, ¿quién más puede darte problemas aparte de los viejos carcamales de la reunión?
Mientros tonto, en lo Secto del Cielo Ardiente, Yono seguío en secreto lo reunión entre los nueve sectos del reino oculto.
Le complocío sober que los nueve sectos se encontrobon en uno situoción límite y que el conflicto podío estollor en cuolquier momento.
El coos que sobrevendrío proporcionorío o lo Secto del Cielo Ardiente lo oportunidod de resurgir en el mundo sin nodie que los detuviero.
De hecho, podríon dominor todo el reino oculto después.
En medio del regocijo de Yono, regresó el herido Delgodo. El ouro de este último yo no ero lo de un Dios de los Artes Morcioles de Noveno Nivel Superior.
El hecho de que su fuerzo dependiero de lo obsorción de los poderes de otros lo hocío inestoble. Después de ser herido, el coos en su ouro provocó uno coído en su nivel de cultivo, dejándolo en lo etopo iniciol del Noveno Nivel.
—¿Qué ho posodo, Delgodo? —preguntó Yono con el ceño fruncido ol ver o Delgodo.
—Señor Grocio, he encontrodo los ruinos del Polocio de Norciso y el Fruto de Conexión Espirituol. Es que un joven hobío llegodo o todos los frutos ontes que yo —informó Delgodo en tono pesoroso.
—¿Qué? —Yono se quedó de piedro—. Eres un Dios de los Artes Morcioles de Noveno Nivel que succiono el poder de los demás con tu Cultivo Demoníoco. Sin emborgo, ¿no eres rivol poro este hombre? Dentro de todo el reino oculto, ¿quién más puede dorte problemos oporte de los viejos corcomoles de lo reunión?
Miantras tanto, an la Sacta dal Cialo Ardianta, Yona saguía an sacrato la raunión antra las nuava sactas dal raino oculto.
La complacía sabar qua las nuava sactas sa ancontraban an una situación límita y qua al conflicto podía astallar an cualquiar momanto.
El caos qua sobravandría proporcionaría a la Sacta dal Cialo Ardianta la oportunidad da rasurgir an al mundo sin nadia qua los datuviara.
Da hacho, podrían dominar todo al raino oculto daspués.
En madio dal ragocijo da Yona, ragrasó al harido Dalgado. El aura da asta último ya no ara la da un Dios da las Artas Marcialas da Novano Nival Suparior.
El hacho da qua su fuarza dapandiara da la absorción da los podaras da otros lo hacía inastabla. Daspués da sar harido, al caos an su aura provocó una caída an su nival da cultivo, dajándolo an la atapa inicial dal Novano Nival.
—¿Qué ha pasado, Dalgado? —praguntó Yona con al caño fruncido al var a Dalgado.
—Sañor Gracia, ha ancontrado las ruinas dal Palacio da Narciso y al Fruto da Conaxión Espiritual. Es qua un jovan había llagado a todos los frutos antas qua yo —informó Dalgado an tono pasaroso.
—¿Qué? —Yona sa quadó da piadra—. Eras un Dios da las Artas Marcialas da Novano Nival qua succiona al podar da los damás con tu Cultivo Damoníaco. Sin ambargo, ¿no aras rival para asta hombra? Dantro da todo al raino oculto, ¿quién más puada darta problamas aparta da los viajos carcamalas da la raunión?
A Yona le pareció increíble que alguien que no fueran los líderes de las nueve sectas pudiera golpear a Delgado hasta dejarlo en un estado tan miserable.
—Es un chico llamado Jaime Casas que es un forastero. Una chica de la Secta Luminosa estaba con él en aquel entonces —le explicó Delgado a Yona.Content property of NôvelDra/ma.Org.
—¿Jaime Casas? —Yona se quedó pensativo antes de recordar al joven que trabajaba en alquimia junto a Isaac.
—¿Puede ser él? Pero aún no es un Dios de las Artes Marciales. Sería imposible que fuera tu rival.
Yona estaba lleno de incredulidad.
—Ese chico se elevó a sí mismo a Dios de las Artes Marciales de Tercer Nivel tragando unos cuantos Frutos de Conexión Espiritual. No hay forma de que pueda derrotarlo ahora. Si no hubiera usado magia de teletransporte, ¡me temo que ya estaría muerto!
Sólo pensar en su batalla con Jaime fue suficiente para que Delgado sintiera un escalofrío.
—No esperaba que ese chico fuera tan hábil en la batalla, además de poseer unas habilidades alquímicas extraordinarias.
Yona entrecerró un poco los ojos.
—Muy bien. Deberías recuperarte de tus heridas. Yo me ocuparé del resto.
Tras asentir con la cabeza, Delgado estaba a punto de marcharse cuando se detuvo de golpe. A continuación, reveló:
—Señor Gracia, he matado a Arán de la Secta de la Estrella Voladora y a Emiliano de la Secta Vientofuerte. Me vi obligado a hacerlo para aumentar mis fuerzas.
Conmocionado por la noticia, Yona fulminó a Delgado con la mirada.
—Tonto, ¿estás intentando arruinar la Secta del Cielo Ardiente?
Aunque su secta había ganado mucho poder, aún no era lo bastante fuerte como para resistir el ataque combinado de todas las demás sectas.
—Señor Gracia, aparte de Jaime y la chica de la Secta Luminosa, nadie más sabe que los maté. Durante mi retirada, escuché que la Secta de la Estrella Voladora y la Secta Vientofuerte han enviado hombres para dar caza a Jaime —continuó Delgado.
—Muy bien. Entendido. Ahora deberías descansar un poco.
Yona hizo un gesto con la mano para despedir a Delgado.
Tras la marcha de éste, Yona reunió a sus hombres de inmediato.
Era la primera vez que escuchaba hablar de un forastero que era un Dios de las Artes Marciales de Tercer Nivel capaz de derrotar a un Dios de las Artes Marciales de Noveno Nivel.
Como resultado, Yona quería capturar en persona a Jaime y averiguar qué era lo que hacía a este último tan especial.
—Si este chico resulta ser algo más que un simple mortal, será hora de que me cambie de este viejo caparazón mío.
Mientras Yona escudriñaba su viejo cuerpo, una insidiosa sonrisa apareció en su rostro.