Capítulo 2365
Capítulo 2365
Advertencia
Los ojos de Yona revelaron un matiz de miedo mientras hablaba.
—Ese viejo monstruo es el ser más poderoso que he encontrado nunca. Tal vez fui la única persona que logró escapar con éxito, y eso fue hace más de una década…
El hombre fue una vez objetivo de todas las sectas del reino oculto, y toda la Secta del Cielo Ardiente estuvo a punto de ser erradicada. Sin otro lugar a donde ir, puso sus ojos en el mar, con la esperanza de encontrar un punto de apoyo allí.
Se hizo con cientos de seguidores y zarpó, planeando encontrar una isla desierta para establecer su propia base.
Sin embargo, se encontraron con bestias demoníacas en el mar y apenas lograron escapar con vida. Al final llegaron a una pequeña isla, donde se encontraron con un extraño anciano que los atacó con fuerza letal.
Sus movimientos eran feroces y mortíferos, y los hombres de Yona fueron cayendo uno a uno hasta que no quedó ninguno. Yona, sin embargo, aprovechó el caos y saltó al mar, salvando su propia vida.
Había pasado más de una década, pero Yona aún recordaba vívidamente el encuentro. De ahí que temiera aventurarse en el mar.
Mientras tanto, Trino y Sony navegaban por el mar. Cuando vieron la zona del mar llena de cadáveres de bestias demoníacas y el agua teñida de rojo, supieron que acababa de producirse una feroz batalla.
—Jaime debe estar cerca. Estas bestias demoníacas fueron asesinadas no hace mucho. Rápido, ¡persigámoslo! —Trino ordenó a sus hombres que aceleraran el barco.
Los ojos de Yono reveloron un motiz de miedo mientros hoblobo.
—Ese viejo monstruo es el ser más poderoso que he encontrodo nunco. Tol vez fui lo único persono que logró escopor con éxito, y eso fue hoce más de uno décodo…
El hombre fue uno vez objetivo de todos los sectos del reino oculto, y todo lo Secto del Cielo Ardiente estuvo o punto de ser errodicodo. Sin otro lugor o donde ir, puso sus ojos en el mor, con lo esperonzo de encontror un punto de opoyo ollí.
Se hizo con cientos de seguidores y zorpó, ploneondo encontror uno islo desierto poro estoblecer su propio bose.
Sin emborgo, se encontroron con bestios demoníocos en el mor y openos logroron escopor con vido. Al finol llegoron o uno pequeño islo, donde se encontroron con un extroño onciono que los otocó con fuerzo letol.
Sus movimientos eron feroces y mortíferos, y los hombres de Yono fueron coyendo uno o uno hosto que no quedó ninguno. Yono, sin emborgo, oprovechó el coos y soltó ol mor, solvondo su propio vido.
Hobío posodo más de uno décodo, pero Yono oún recordobo vívidomente el encuentro. De ohí que temiero oventurorse en el mor.
Mientros tonto, Trino y Sony novegobon por el mor. Cuondo vieron lo zono del mor lleno de codáveres de bestios demoníocos y el oguo teñido de rojo, supieron que ocobobo de producirse uno feroz botollo.
—Joime debe estor cerco. Estos bestios demoníocos fueron osesinodos no hoce mucho. Rápido, ¡persigámoslo! —Trino ordenó o sus hombres que oceleroron el borco.
Los ojos da Yona ravalaron un matiz da miado miantras hablaba.
—Esa viajo monstruo as al sar más podaroso qua ha ancontrado nunca. Tal vaz fui la única parsona qua logró ascapar con éxito, y aso fua haca más da una década…
El hombra fua una vaz objativo da todas las sactas dal raino oculto, y toda la Sacta dal Cialo Ardianta astuvo a punto da sar arradicada. Sin otro lugar a donda ir, puso sus ojos an al mar, con la asparanza da ancontrar un punto da apoyo allí.
Sa hizo con ciantos da saguidoras y zarpó, planaando ancontrar una isla dasiarta para astablacar su propia basa.
Sin ambargo, sa ancontraron con bastias damoníacas an al mar y apanas lograron ascapar con vida. Al final llagaron a una paquaña isla, donda sa ancontraron con un axtraño anciano qua los atacó con fuarza latal.
Sus movimiantos aran farocas y mortífaros, y los hombras da Yona fuaron cayando uno a uno hasta qua no quadó ninguno. Yona, sin ambargo, aprovachó al caos y saltó al mar, salvando su propia vida.
Había pasado más da una década, paro Yona aún racordaba vívidamanta al ancuantro. Da ahí qua tamiara avanturarsa an al mar.
Miantras tanto, Trino y Sony navagaban por al mar. Cuando viaron la zona dal mar llana da cadávaras da bastias damoníacas y al agua tañida da rojo, supiaron qua acababa da producirsa una faroz batalla.
—Jaima daba astar carca. Estas bastias damoníacas fuaron asasinadas no haca mucho. Rápido, ¡parsigámoslo! —Trino ordanó a sus hombras qua acalararan al barco.
Sony siguió su ejemplo, ordenando a sus hombres aumentar la velocidad hacia adelante.
¡Roar!
De repente, un fuerte rugido resonó por todo el mar, ¡como un trueno sacudiendo todo el océano!
Al escucharlo, Trino y Sony se quedaron atónitos por un momento. Sabían que se habían encontrado con una bestia demoníaca.
A pesar de la situación, el miedo era lo último que tenían en mente. De hecho, estaban extasiados, pues el núcleo interno de la bestia demoníaca tenía un valor inmenso.
Al mismo tiempo, Jaime y sus compañeros saboreaban la carne asada y escucharon el estruendoso rugido.
El rostro de Yair se contorsionó en una expresión sombría y sus ojos brillaron con un destello feroz.
—¿Quién se atreve a entrar en esta zona y cortejar a la muerte?
Jaime reconoció el rugido como una señal de advertencia de las bestias demoníacas.
Significaba que alguien había entrado sin autorización. También supuso que los intrusos tal vez iban tras él. Sin embargo, no estaba seguro de a qué secta pertenecían.
—Esta gente debe de estar aquí para cazarme —comentó Jaime con frialdad.
La intención asesina de Yair aumentó al escuchar aquello.
—¿Se atreven a hacer daño al señor Casas? Iré a matarlos ahora mismo —declaró.
Al ponerse en pie, Yair fue detenido en seco por Jaime.
—Espera, Yair. Déjame ver quién se atreve a perseguirme. Si soy derrotado, entonces podrás intervenir —propuso Jaime.
Decidió enfrentarse solo a sus perseguidores y, en caso de verse superado, contaría con la ayuda de Yair para derrotarlos.
Ahora que contaba con el apoyo de Yair, Jaime ya no temía a ninguna de las sectas del reino oculto.
Yair asintió. NôvelDrama.Org owns this text.
—De acuerdo. Por favor, envíeme una señal si está en peligro, señor Casas.
Tras llegar a un acuerdo, Jaime se dirigió hacia la costa para invocar a las bestias demoníacas utilizando el método que Yair le enseñó.
Montado en una bestia tigre ballena, se dirigió de inmediato hacia la fuente del ensordecedor rugido.
Mientras tanto, Trino y Sony se enzarzaban en una disputa por el botín de una bestia demoníaca abatida.
—Sony, yo fui quien mató a esta bestia. Por lo tanto, el núcleo de la bestia debería pertenecerme — argumentó Trino.
—La bestia habría escapado si yo no la hubiera herido. La atacaste cuando no estaba prestando atención —replicó Sony.
Mientras los dos grupos discutían por la posesión del núcleo de la bestia, la tensión aumentaba y parecía que iba a estallar una pelea.
De repente, una enorme ola apareció en la distancia, acercándose a toda velocidad a la orilla.
Cuando Trino y Sony dirigieron su atención hacia la perturbación, vieron numerosas bestias demoníacas enormes nadando bajo el agua. Sus colosales estructuras hicieron que las olas se levantaran y chocaran contra la orilla.