El despertar del Dragón

Capítulo 2393



Capítulo 2393

Regreso

La noticia de la llegada del Tigre Llameante con un gran grupo de bestias demoníacas hizo que el corazón de Evangelina se hundiera.

Después de todo, el hecho de que el Tigre Llameante estuviera bien significaba que algo malo le había ocurrido a Jaime.

Por lo tanto, Evangelina supuso que el Tigre Llameante debía haber ido a causar otra oleada de ataques como acto de venganza.

«Moriríamos si nos enfrentábamos a ellos por nuestra cuenta».

—¡Señorita Gabaldón, salgamos de aquí antes de que sea demasiado tarde! —instó Zero.

—Ustedes vayan delante. Yo voy a matar al Tigre Llameante para vengar al señor Casas.

Evangelina planeaba vengar a Jaime mientras dejaba que Zero y los demás se marcharan.

Zero pensó que Evangelina había perdido la cabeza.

—Señorita Gabaldón, usted no es rival para el Tigre Llameante. Además, ha traído consigo innumerables bestias demoníacas. No debe sacrificarse por nada —le aconsejó Zero.

Por desgracia, Evangelina se negó obstinadamente a escuchar. De hecho, una inquebrantable intención asesina inundó su mirada. This is property © of NôvelDrama.Org.

Pronto, el suelo empezó a temblar mientras los rugidos de las bestias demoníacas se hacían más fuertes, indicando que se habían acercado.

A pesar de sentirse asustados, los Gabaldón no se retiraron. Agarraron con fuerza sus armas y se colocaron detrás de Evangelina, respaldándola.

Al percatarse de ello, Zero apretó los dientes y sacó también su arma.

En un santiamén, la figura del Tigre Llameante apareció y se fue acercando al grupo.

Con la espada en la mano y el aura emanando de su cuerpo, Evangelina fijó su mirada en el Tigre Llameante. Estaba a punto de atacar cuando Zero la detuvo.

—Espere, señorita Gabaldón... Mire. ¿Hay alguien sentado sobre el Tigre Llameante?

Sólo cuando miró con atención se dio cuenta de que, en efecto, había alguien sentado a lomos del Tigre Llameante.

No se dieron cuenta de que era Jaime hasta que el Tigre Llameante llegó ante ellos.

—¡Señor Casas! —Evangelina gritó sorprendida.

Al darse cuenta de que Evangelina y los demás seguían allí, Jaime saltó de la bestia y preguntó:

—¿Por qué siguen aquí? ¿Por qué no se fueron? ¿Dónde están los demás?

Jaime se dio cuenta de que Cleo y Kerem habían desaparecido.

«¿Podrían haber sido devorados por las bestias demoníacas?».

Al escuchar eso, Zero explicó rápido:

—Los demás fueron rescatados. Los estábamos esperando.

Zero relató entonces todo lo sucedido después de que Jaime se marchara a perseguir al Tigre Llameante, incluida la parte en que Casio y Bruno llevaron a sus hombres para salvar a los demás.

Jaime se conmovió al escuchar que Evangelina y los demás se habían quedado atrás porque estaban preocupados por su seguridad.

—Señor Casas, acerca de este Tigre Llameante... —Evangelina miró confundida al Tigre.

—Oh, este Tigre Llameante se ha convertido en mi montura. Lo he domado —anunció Jaime mientras acariciaba la cabeza de la bestia.

No tenía intención de decir nada sobre Feenix. De lo contrario, todos los habitantes de los distintos reinos secretos correrían como locos hacia el reino secreto de las bestias demoníacas.

—¿La domó? —Los ojos de Zero se abrieron de par en par con incredulidad—. ¿Ha conseguido domar a este Tigre Llameante? Nunca había escuchado hablar de alguien que domara a una bestia demoníaca. Es increíble.

Sorprendido, Zero se quedó boquiabierto mirando al Tigre Llameante que estaba agachado en el suelo obediente.

Evangelina también estaba sorprendida.

—Señor Casas, ¿es cierto? ¿En verdad domó a este Tigre Llameante?

—Por supuesto. Puedes venir aquí y tocarlo e incluso montarte en él si no me crees. Es en verdad obediente —dijo Jaime con una sonrisa.

Al escuchar eso, Evangelina se acercó ansiosa y poco a poco extendió la mano para acariciar la cabeza del Tigre Llameante.

En lugar de enfadarse, el Tigre Llameante sacó la lengua y lamió la mano de Evangelina, haciendo que ésta casi chillara de emoción.

—Muy bien. Volvamos o el Gran Anciano se va a preocupar.

Jaime montó en el Tigre Llameante y ayudó a Evangelina a subirse a su lomo antes de usar la Red de Teletransporte para regresar a la Puerta del Fuego.


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