Heredera divorciada Novela de Juliany Linares

Chapter 39



Chapter 39

Dando de que hablar.

El asiento que estuvo vacio desde que mi padre y Jack se marcharon de la cafeteria, fue ocupado por Vincent, quien llegó minutos después de pedirle por mensaje de texto que viniera.

Necesitaba soltar lo que rondaba por mi cabeza desde que Jack me dio la información de Alexis. Me sentia inquieta desde entonces,

tanto, que apenas preste atención a la pequena reunión donde analizamos la excelente propuesta del C. que superaba por mucho a las demas propuestas, y ni hablar de las indicaciones de mi padre para el dia de la presentación de su heredera.

Me sumergi tanto en mis pensamientos, que hasta habia olvidado que el periodista “camullado”, seguia afuera fotografiando cada

movimiento de mi parte, miré disimuladamente hacia el auto que no se movia del otro lado de la calle, es obvio que buscaba imágenes

que se volverian tendencia.

– Siento haber tardado. dijo Vincent al quitarse las gafas oscuras. -¿Estás bien? ConTEent bel0ngs to Nôv(e)lD/rama(.)Org .

— Si, bueno, no del todo. ¡Ya desayunaste? ¿Quieres algo de tomar? – pregunté tratando de olvidar al periodista.

– Ya desayune, aunque un café no estaria mal.-llamé a la mesera y Vincent hizo su pedido, por mi parte solo pedi un vaso de agua. -Dimc, princesita, i que es eso que te tiene lan angustiada?

Respire hondo, buscando las palabras correctas para contarle a mi primo las sospechas que tenia. No habia nadie en quien pudiera confiarle aquello más que el, aunque Abby luera mi mejor amiga y

confidente, no era buena idea decirselo, con lo indiscreta que es,

capai que no podra guardar el secreto o seria muy poco razonable.

Is sobre los Lancaster. Vincent me miro incrédulo y noté lo mucho que lo irritaba de solo mencionar ese apellido. – Escúchame antes de despotrica. Imagino que te has enterado que Alexander tiene un gemelo. -asintió con su cabeza confundido y antes de que pudiera continuar hablandu, la mesera llegó con nuestras bebidas.

Despues de agradecerle a la mujer por su servicio, tome un soibo de mi vaso con agua para aclarar mis ideas por más absurdas que

fueran.

Que tiene que ver ese hombre? He visto el artículo donde lo relacionan contigo, estoy seguro que lo han distorsionado todo

como la noticia de hace tres anos. -dijo antes de beber de su café.

Por supuesto, hasta Vincent, que no se preocupa por las noticias de la larandula, lo sabia, a estas alturas mifamilia debe estar

ciferada de aquel articulo.

SI, lo han hecho. Pero no es eso lo que me tiene angustiada, pronto les haré trapar todas sus noticias difamatorias. Lo que queria

compartir contigo, es algo que ocurrió hace años y que ahora le encuentro sentido, aunque para cualquiera suene loco. – hice una pausa

bajo su cunosa mirada y continue. Hace trece años, vine a New York de vacaciones con Abby.

Si tiene algo que ver con Abby. lo considero una completa locura, desa mujer no le falta un tornillo, le laitan todos. -Vincent me

interrumpio y ecorde la confesion de Abby, pero este no era momento para hablar sobre ello. le lance una mirada inexpresiva. -Ok.

continua

la question es que,

por una de sus locas ideas, nos escapamos de mi escolta y lerminamos en una carrera clandestina. - SUS

OJOS X’T’lsanthalon en gran medida y por poco escupe su cale.

ilovests muy poco razonable, ls imprudente, es problemática, es…

Vuxerit, ya conozco) a Abby. Se perfectamente comurs. – iv interrumpi antes de que siguiera describiéndola. Se quedo en silencio

vmc to un adrman para que continuara. in lin, en en lugar me lope por pura casualidad a Alexander, bueno, lapece con su cuerpo

smi darmi urna.w porno como Alea y por los nervios de que me escola estaba certa, le solte su nombre y mi verdadero apellido, ( nom oy decorada que fue ame a primera vista, de hecho, 10 lue hasta que entre a la universidad que lo vi y de inmediato lo

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– No hubiese pensado antes en esto, de no ser porque Alexis sabe mi verdadero apellido y cuando le pregunté, me dijo que yo se lo

habla dicho. -Vincent se quedó inmóvil en su asiento, mirándome con sus ojos llenos de sorpresa.

Solté un suspiro, sintiendo una incomodidad en mi pecho, no sabia que pensar, esto me estaba taladrando la cabeza.

– No puede ser, fueron trece años en coma, es imposible, debe baber otra razón. Alexander pudo hablarle de li.neque con mi

cabeza mientras soltaba una risa amarga.

– Por supuesto que no, le estoy diciendo que Alexander no me reconoció en la universidad, nunca supo mi apellido, ¿por qué lo sé?

El siempre ha admirado a Leonardo Doinel, si supiera que soy su hija, me hubiese pedido que lo llevara con él o que se lo presentara, pero

no, ellos siempre pensaron que no tenia lamilia, el único que lo sabe es Alexis. – lo que más me desconcertaba, es que todo estaba encajando como si fuera un rompecabezas.

— Entonces, si no te hubieras topado con Alexis, no te hubieses casado con la lamulia Lancaster? aquella era una pregunta a la que

no tenia respuesta.

Cuando lo vi en la universidad me emocione al encontrarlo de nuevo, pero no significa que me enamoré a pnmera vista, aunque si influyó para acercarme a Alexander en la universidad, si hubiese pasado de él como un completo desconocido. quia, solo quizá, no me hubiera enamorado de él, no hubiésemos iniciado una relación y no hubiésemos planeado cornos después de la graduacion.

– No lo sé. De todos modos, eso no importa, ya me divorcié de él. Pero, necesitaba decirle esto a alguien, queria cerciorarme que no es una completa locura lo que pense y veo que no. ¿Sabes como termino en comia? Un accidente en la carrera clandestina de autos, iba del lado de copiloto y, Dios, se me eriza la piel de solo pensar que tal vez lo conoci la noche del accidente, antes de que terminara de

esa manera, y me pregunto, ¿pude hacer algo evitarlo? Quedarme más tiempo conversando con él, de no ser por mi escolta. Son tantas cosas, Vincent, por ejemplo, ¿quién conducia el auto? Nadie lo sabe.

Terminé mi vaso de agua después de desahogarme, Vincent escuchaba atento cada palabra que salia de mi boca y luego de unos segundos en silencio, me regalo una sonrisa mientras tomaba mi mano sobre la mesa.

– Princesita, nada de esto es tu culpa, tú no tenias idea de lo que iba a pasar, no sabias que tenia un gemelo, ni que se iban a encontrar en la universidad, no debes poner una carga a la espalda, ya todo pasó y ahora lo que te debe preocupar, es impedir que Alexis revelé tu identidad antes de lo planeado. -dijo en voi baja, en un intento por hacerme sentir mejor.

Aunque este en lo cierto, no podia dejar de pensar que pude hacer algo para evitar que subiera a ese auto. pero lo cierto es que lo hecho, hecho está, y ahora muchas cosas quedaban muy claras.

– Eso no será un problema, no se lo dirá a nadie, anoche me encargue de eso, ¿por qué crees que hablan nuevamente de mi? Además, mi padre me presentará dentro de cinco dias, después de firmar contrato con la marca de colaboración.-dije recordando el cambio drástico de planes.

– Eso está muy bien, quiero ver la cara de las viboras cuando lo sepan. –dijo divertido y solté una risa imaginando a las Lancaster

hirviendo de enojo.

– Hablando de viboras, puedes creer que ha mandando un paparazzi a seguirme? No me cabe la menor duda que fue Amelia. – Vincent miró a su alrededor disimuladamente. -El auto estacionado al otro lado de la calle. – lo ayude con la búsqueda y el recorrido de

Sus ojos se detuvieron por unos segundos, antes de volver a mirarme.

-Efectivamente, es el mismo paparazzi que me sigue en busca de alguna lolo que pueda distorsionar a su antojo y créeme que si puso los ojos sobre ti, hará lo mismo contigo. –enarque una de mis cejas por la informacion que acaba de darme y esboce una

sonrisa.

– Entonces, les daré de que hablar, me ayudas? – Vincent me mira con el ceño fruncido, como se quisiera adivinar lo que pasaba

por mi cabera.

— Imposible decirte que no, ¿que tienes en mente?

Minutos más tarde, no podia dejar de relrme en la camionela y Vincent, aunque le pareció una deu arriesgada, aceptó sin

dudan

Ta camionetas’ detuvo en la entrada de un hotel de lujo, dónde Vincent acostumbraba quedarse al venu de visita a New York, love quadra derrily concentrarme en mlpapc, cuando mi primo salió de la camioneta y me ayudo w salir. Abrazados, nos ademtuarios al dorbril, no un antes paralarnos que el papa ali1 sc estaciono metros más atras.

cholerius C apoi la otra salida, dijo Vincenicerca de mi oldo, aparentando ser un SPduto. Me IPI CON cuinplicidad y vemos tralucir coinn si fueramos una pareja endinorada y una figura femenina Arco Inmrumpo de vision, Worlarıdo cas

por completo mi sonrisa.

Sus ojos avellanas me miraron con sorpresa y una sonrisa triunfante de medio lado se dibujó en su rostro, aquel rostro que despreciaba, que aborrecia desde el momento que la encontré en la oficina de Alexander.

La miré con desdén y apatia de arriba a abajo, antes de volver mi vista a mi camino como si ella no existiera.

– Sarah, ¿a que has vuelto? No creas que porque tienes un cargo importante eres digna de un hombre como Alexander, él se olvido de ti. -dijo Rachel cuando pasé por su lado.

La mano de Vincent que reposaba sobre mi hombro, se volvió un puño al escuchar aquello y entrelacé mis dedos con los suyos para que se relajara.

Apenas le dediqué una mirada divertida y segui de largo sin responder a la estupidez que estaba diciendo, quedó en ridiculo ante las

personas presentes al dejarla hablando sola.

Ella queria llamar la atención y yo no perderia mi tiempo con una desvergonzada.

Salimos por la puerta trasera, donde esperaba la camioneta como Vincent le habia indicado al chofer, no fue hasta que entramos al auto que mi primo rompió el silencio.

— Princesita, espero que no te sientas incómoda con lo que diré, pero, si Alexander te fue infiel con esa mujer, déjame decirte que está realmente ciego, no te llega ni a los talones, tu belleza es incomparable, no es que me deje llevar por el fisico, pero con su sola expresión de soberbia y la manera en que te habló, la vuelve una persona horrible. –Vincent mostró su desprecio por Rachel y lejos de

molestarme, me daba risa.

Al fin y al cabo, Rachel y Alexander son tal para cual.

Mi telefono sonó en mi cartera, antes de que pudiera decir algo. Era un número desconocido, pero aun asi contesté.

-¿Hola?

– Sarah7 Hola, soy Alexis.

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