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Capítulo 871
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Capítulo 871
Intentando contener las lágrimas, resultaron descontroladas, imposibles de frenar.
Tesoro estaba nerviosa, “¿Mamá, por qué lloras?”
Carol, entre sollozos, dijo, “Mamá… mamá está feliz. Tesoro, al verte… ¡mamá está feliz!
jEran lágrimas de emoción!
¡Lágrimas de culpa!
¡Y también lágrimas ‘de conmoción!
Su hija estaba sana y salva, y finalmente Laín y sus hermanos la habían encontrado, lo cual la emocionó profundamente.
Pero, sin importar la razón de su separación con la pequeña a lo largo de estos años, el resultado fue que no había podido brindarle ni un poco de amor maternal, ¡No había cumplido con ninguna de sus responsabilidades ni deberes como madre!
¡Se sentía culpable hacia su hija!
Por eso, al escuchar que Tesoro decía que la extrañaba, se conmovió.
Tesoro no la odiaba ni la resentía, ¡incluso la extrañaba!
Carol lloraba desconsoladamente, temblando entera, “Mamá también extraña a Tesoro… mucho, mucho…”
“mamá, no llores, Tesoro te da un beso.”
La pequeña se acercó a la pantalla y le dio un beso a Carol, mostrando una dulzura que conmovía a todos.
Los cuatro hermanitos fruncieron el ceño, todos con los ojos enrojecidos.
La docilidad y comprensión de su hermanita los emocionaba.
Las lágrimas de mamá los entristecían.
Madre e hija Hloraban a través de la pantalla, mientras los cuatro hermanitos trabajaban juntos para consolarlas.
“Mamá, ya no llores. Ya encontramos a la hermanita y cuando mamá regrese podrá verla. Tranquila, nosotros cuidaremos muy bien de la hermanita.” “Tesoro, tú también deja de llorar. Mamá te ama mucho y te extraña, por eso se descontroló al verte. Mamá llora de felicidad, ya no llores, ¿vale?”
Lain secó las lágrimas de Tesoro y le acarició la cabeza con ternura para calmarla.
Tesoro, con los hombros temblorosos, dijo, “Yo también amo a mamá, y me alegra verla.
¡Carol estaba emocionadísima!
Tesoro preguntó, “¿Mamá está con papá, verdad?”
Tesoro se refería a Rick, pero Carol pensó instintivamente en Aspen.
“Sí, estamos juntos. Aunque él está ocupado con algo urgente lejos de aquí. Tesoro, sé buena y vuelve a casa con tus hermanos. Espera en casa tranquilamente, mamá papá llegaremos mañana por la mañana. Si necesitas algo, solo díselo a tus hermanos.”
Tesoro asintió, “Seré buena y haré caso a mis hermanos.”
¡Qué hija tan dulce y comprensiva tenía Carol!
Los cuatro hermanitos también se encariñaron aún más con su hermanita. ¿Cómo no amar a una hermanita tan dulce y comprensiva?
Después de hablar un buen rato más, madre e hija finalmente colgaron el video.
Tesoro le devolvió el teléfono–reloj a Lain, mirando a sus hermanos con un poco de timidez.
“Hermano, yo… yo quiero…”
Los cuatro hermanitos la miraron al unísono, preguntándole rápidamente, “¿Tesoro, qué quieres?”
Con los ojos parpadeantes, la pequeña,
Los cuatro hermanitos, llenos de entusiasmo, dijeron, “Lo que Tesoro quiera, solo tiene que pedirlo, No seas tímida con tus hermanos, nosotros tenemos dinero. Si se puede comprar con dinero, no importa cuán caro sea, ¡tus hermanos lo comprarán para ti!
¡Mimarían a su propia hermanita!
El estómago de Tesoro gruñó.
Los cuatro hermanitos: “¿?”
Tesoro se tocó el estómago y dijo con voz dulce, “Tengo hambre, quiero comer carne.”
Los cuatro hermanitos quedaron sorprendidos, “¿?!”
Tesoro–parpadeó de nuevo, preguntando con voz baja, “¿Hermanos, no pueden comprar carne?”
Los cuatro hermanitos
Tesoro, muy bien educada, dijo, “Entonces, no necesito comer carne, dejaré que mi estómago coma pan.”
Los cuatro hermanitos reaccionaron, apresurándose a decir, “¡Sí, sí, si, comerás carne! Tus hermanos comprarán carne para ti!”
Por supuesto que sí, si Tesoro quisiera las estrellas del cielo, ellos se pondrían seriamente a pensar cómo bajarlas, ¡cuánto más por algo tan sencillo como comer carne!
Los cuatro pequeños se apresuraron a llamar al mayordomo Iván, compitiendo por ser el primero.
Abuelo Iván, por favor prepara carne! Mi hermanita tiene hambre, ¡mi hermanita quiere