El despertar del Dragón

Capítulo 2353



Capítulo 2353

De vuelta a Ciudad de Jade

—Este es el Fruto de Conexión Espiritual. El agua del Manantial de la Regeneración nutrió el Árbol de Conexión Espiritual, y los frutos que da tienen el poder mágico de reconstruir los cuerpos físicos dañados. Los dos deberían darles prisa y refinar la fuerza que sienten dentro de sus cuerpos. Incluso podrían llegar a subir de nivel, en especial tú, Giovanni. Deberías darte prisa y refinar la fuerza que sientes dentro de tu cuerpo ya que tienes un nivel más bajo. De lo contrario, ¡explotarás hasta morir! —Instó Jaime.

Al escuchar las palabras de Jaime, Forero y Giovanni de inmediato comenzaron a cultivar y refinar la fuerza dentro de sus cuerpos.

Jaime se quedó en la Secta Luminosa ya que planeaba esperar a que ambos completaran su cultivo antes de partir hacia Ciudad de Jade.

—Alba, ¿de verdad entraste en las antiguas ruinas del Palacio de Narciso? —preguntó Arconte.

Sintiendo el aura de Alba y Jaime, Arconte se puso verde de envidia.

Después de todo, la fuerza de Alba no era rival para Arconte cuando se fue, pero después de su viaje a las antiguas ruinas del Palacio Narciso, su fuerza había superado la de él.

En especial en el caso de Jaime. Arconte podía sentir con claridad el aura aterradora que emanaba de Jaime. Temía que ni siquiera sería capaz de recibir un solo golpe de Jaime si tuvieran que luchar.

—Por supuesto. Nosotros también vimos el Árbol de Conexión Espiritual... —Alba relató feliz su experiencia en las antiguas ruinas del Palacio de Narciso.

Cuando Arconte escuchó que Jaime había derrotado al Dios de las Artes Marciales de Noveno Nivel de la Secta del Cielo Ardiente, Delgado, quedó desconcertado.

Si ese fuera el caso, Arconte sabía que un solo aliento de Jaime era suficiente para asfixiarlo.

Jaime permaneció en la Secta Luminosa otros tres días, y Mateo sólo había vuelto corriendo de una reunión entonces.

Mateo no pareció sorprenderse al ver a Jaime y Alba.

—Maestro, hemos regresado de las antiguas ruinas del Palacio de Narciso, y…

Al ver a Mateo, Alba intentó compartir con gusto su experiencia. Sin embargo, el primero agitó la mano e intervino:

—¡Ya lo sé! —Tenía una expresión sombría y dijo—: Tuvieron un conflicto con gente de la Secta de la Estrella Voladora y la Secta Vientofuerte. No sólo eso, sino que además los mataron a todos. ¿Acaso Emiliano y Arán también murieron en sus manos?

Alba estaba perpleja y no entendía cómo Mateo lo sabía todo.

Jaime contestó con calma:

—Sí tuvimos un conflicto, pero no matamos a Arán y a Emiliano. Los mató el guardián de la Secta del Cielo Ardiente, Delgado. Absorbió sus poderes y acabó matándolos.

—¿Secta del Cielo Ardiente? —Mateo frunció el ceño—. ¿Han aparecido?

—Maestro, la Secta del Cielo Ardiente siempre ha estado en las Montañas Kazillion. Además, la Secta Alquímica también ha estado trabajando con ellos todo este tiempo. Algunos de los recursos que hemos enviado a la Secta Alquímica a lo largo de los años fueron entregados a la Secta del Cielo Ardiente —explicó Alba.

La expresión de Mateo se ensombreció aún más. ¡Durante tantos años habían sido tratados como tontos por la Secta Alquímica! This is property © NôvelDrama.Org.

—¡Qué despreciables son! No me extraña que Isaac no pueda curar mi enfermedad. Entonces, lo hizo a propósito —Mateo apretó los dientes.

—Maestro, ¿cómo se enteró de lo que pasó en las ruinas antiguas? —preguntó Alba con curiosidad.

—Ahora lo sabe todo el reino oculto. Además, la Secta de la Estrella Voladora y la Secta Vientofuerte ya han tomado cartas en el asunto. Me temo que pronto empezarán a dar caza a Jaime. Será mejor que abandones el reino oculto y te escondas —dijo Mateo.

—Señor Campos, pero ¿qué será de usted y de la Secta Luminosa si me voy? —preguntó Jaime.

—No le harán nada a la Secta Luminosa, y tampoco somos fáciles de convencer —dijo Mateo.

Jaime asintió. Sabía que con su fuerza actual no podía competir con las dos sectas principales.

Ahora que Forero y Giovanni habían terminado de refinar las fuerzas de sus cuerpos, era hora de partir.

Tras despedirse de Mateo, Jaime llevó a Forero y Giovanni de vuelta a Ciudad de Jade.


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